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viernes, 8 de enero de 2016

ELIMINAR EL DESEO ♡


Medito diariamente ante el altar, pero aún sigo cubierta de pecado, a pesar de los diarios esfuerzos por mejorar, sigo teniendo muchos defectos.  Elimino uno, sólo para encontrar nuevos. Me libero de una relación superflua, sólo para encontrar nuevos enredos. 

¿Por qué es tan difícil encontrar la liberación? Porque nuestras propias mentes son la fuente de nuestros problemas.

 

Cada quien con inteligencia y ambición tiene profundo deseo. Queremos cosas. Concebimos estrategias para obtenerlas, ya sea el casi instintivo apetito por comida o sea deseo revestido en aprobación social, nuestras mentes no descansan nunca en su hambre por satisfacción. Una vez que tenemos deseo, vamos por ello, si no tenemos éxito en alcanzarlo, nos enojamos, nos frustramos y nos decepcionamos, si obtenemos lo que queremos, sólo queremos más.



Este tratar de alcanzar nunca termina. Aunque meditemos, no podemos eliminar este hábito de una vez. Por lo tanto, aunque puede que nos sentemos con toda sinceridad ante el altar, debemos también aceptar que no seremos rápidamente redimidos.


Hay que eliminar el deseo, aceptar los defectos personales y trabajar hacia una paciente eliminación del hambre de la mente por satisfacción externa.